Eso sí, solo los sábados y domingos.
Para quién no sepa lo que son los calçots ahí va una pequeña explicación:
La calçotada es nada más y nada menos que................comer unas cebollas llamadas “Calçots”, si, si, comer cebollas, pero no solo es comer “Calçots” si no que lo más divertido es toda la parafernalia que ello implica. Esta tradición es típica de la provincia de Tarragona, sobre todo de la zona del “Alt Camp”. Pues como os decía, se cogen los calçots y se asan directamente sobre las llamas, la verdad es que cuando lo sacas del fuego su aspecto es “lamentable”. Acto seguido, debes “pelar” el calçot cogiéndolo suavemente por la puntita y tirando fuerte hasta que te quedas en una mano con “su piel” y en la otra con la parte comestible. Ahora viene lo bueno, por que debes de comerte lo que tienes en la mano no si antes “sucar” el calçot en un salsa llamada “Romescu” (salsa a base de ñoras, tomate, ajo y picada de almendras o avellanas). Pues lo que os decía tras sucar el calçot en la salsa, debes introducirte “eso” en la boca (el aspecto es todavía más lamentable que cuando lo sacas del fuego), es interesante y primordial que estires bien el brazo y la boca la pongas mirando el cielo bien abierta, para que cuando dejes caer el calçot entre en tu boquita manchando lo menos posible, aunque lo correcto es llevar un babero “pa” este menester. Y así, uno tras otro hasta que no puedas más, jejejejejeje. Y como has comido poco, todo esto se completa con una buena parrillada con chuletitas de cordero, butifarra, morcillas, panceta... vamos un menú ligerito, ligerito.
