Estaba discutiendo hoy con Tita Mari sobre nuestro destino en las proxima vacaciones para el puente de mayo, cuando de repente me dice. - Hoy te voy a sorprender, te propongo una escapada diferente, la escapada ideal para todos aquellos que cansados de tomar el sol y hacer turismo de playa, quieran descansar de jornadas largas y duras de playa y fiestas nocturnas que terminan con la salida del sol-.
El verano pasado estando alojado en un hotel de Salou, después de levantarme a las 07:30 horas de la mañana para coger sitio en la playa, despertar a los niños y preparar un día de esos intensos de pasar calor en la playa con la familia, cuando por fin estamos todo el mundo preparado, salimos del hotel y sorpresa, de pronto el sol desaparece y madrugón pa ná. Entonces es cuando te preguntas y ahora que hago, los monstruitos de tus hijos quieren actividad, tu mujer te mira con esa cara, preguntándote, “a mi no se me ocurre nada y a ti?”, y mientras tus niños te piden explicaciones, tu intentando darle vueltas a la cabeza para ver que se puede hacer.
Entonces es cuando me acordé de un amigo que me explicó, que al igual que en Méjico, la Costa Dorada tiene su pequeña Ribera Maya, es decir ese turismo de sol, playa, selva, naturaleza, deportes de aventura, ríos, cenotes, fauna, cultura, gentes que viven a espalda del progreso con calma y sin prisas, viviendo de la naturaleza y de los recursos que ésta les brinda.
Si…., no creáis que estoy de broma, os preguntareis, sol y playa sí que tiene Salou, pero todo lo otro?. Mi amigo me habló de un pueblecito escondido en la comarca de la Terra Alta, llamado Horta de Sant que está a escasos 90km a 1 hora y cuarto aproximadamente de Salou. Así que preparé el coche y convencí a la familia para pasar dos días en esa pequeña Ribera Maya de la que me habían hablado.
En Horta de Sant Joan se puede hacer de todo, y si no que se lo pregunten a Picasso, el pintor siendo jóven y sin ser todavía conocido, hizo turismo familiar cuando visitó a su amigo Manuel Pallarés, compañero de estudios y pintor también, nacido en Horta y del que muy poco se sabe, aunque lo que sí es cierto que gracias a él éste pequeño pueblo lleno de encanto, es conocido por todo el mundo, supongo que algún día se lo reconocerán. Si no hubiera sido por él, Picasso no hubiera podido afirmar que “todo lo que sé lo he aprendido en Horta”. Y no me extraña porque en éste pequeño pueblo se pudo inspirar y hacer de todo.
Podéis visitar el casco antiguo del pueblo, muy bonito y sobre todo la plaza de la Iglesia, sus calles estrechas de piedras silenciosas y a la vez llenas de historias que explicar. Su Museo dedicado a Picasso, que aunque hoy en día no alberga ninguna obra original del pintor, os recomiendo que lo visitéis.
Su Olivo milenario, “lo Parot” que está muy cerquita del pueblo y se puede ir andando. No dejéis de hacer un paseo por el pueblo podréis contemplar sus vistas hacia els Ports, o lo Port tal y como lo llaman aquí. Paisaje de interés natural donde podéis hacer turismo de montaña.
Y entre otras cosas podéis hacer senderismo, descenso de barrancos, escalada y salidas con bicicleta, no dejéis pasar la oportunidad de bañaros en las aguas cristalinas de Les Oyes, especie de cenotes mayas que el rió Canaletas se ha encargado de erosionar con la fuerza de sus corrientes aguas. También impresiona ver como se levantan sobresaliendo de las otras montañas, las Roques de Benet y la montaña de Santa Bárbara, paisajes espectaculares que nada tienen que envidiar a los paisajes alpinos del Pirineo y Pre-Pirineo catalán. Sobretodo ésta última montaña, que me hizo recordar que al igual que en la Ribera Maya aquí también tienen un santuario de culto como la pirámide de Chichen Itza, donde no podéis dejar de visitar el Convento de San Salvador, nombre que toma del monje franciscano que pasó momentos de su vida en éste santuario donde se le conocen varios milagros que han pasado de generación en generación por la boca de éstas gentes y aquí se le venera como a un Dios Maya.
Nosotros en concreto alquilamos unas bicis en el mismo pueblo y una mañana la dedicamos a hacer un trocito de la vía verde de “la Val de Zafán”, antigua línea de tren que enlazaba las tierras de la provincia de Teruel con las tierras del Sur de Tarragona. Recorrido espectacular, lleno de túneles habilitados con luz y paisajes de interés natural compaginados con tierras de cultivo de secano, que las gentes de estos parajes todavía cultivan haciendo del paisaje un conjunto harmónico y ordenado de naturaleza y tradición, difícil de encontrar hoy en día. Aquí parece que el tiempo no ha pasado, todavía se pueden ver gentes que trabajan sus tierras, que levantan muros de piedra que ya sus antepasados construyeron, y ellos se han encargado de que sigan en pié. Realmente te das cuenta que mi amigo no iba mal encaminado cuando me decía que al igual que los mayas éstas gentes vivían ha espaldas del progreso, porque gracias a que hay gente que vive así, todavía hay gente afortunada como yo que puede enseñar a nuestros hijos que un día lo que hoy conocemos fue así.
Por cierto si me hacéis caso y visitáis Horta de Sant Joan, tenéis que hacer el descenso de barranco del Canaletes y después de hacer un poco de ejercicio, hacer turismo gastronómico, no dejéis de probar la cocina tradicional de éste pueblo, os recomiendo el Restaurante Miralles y Can Joan, y si queréis degustar de un espacio tranquilo donde tomar un buen café en el fresquito de los edificios medievales del pueblo, no dejéis de visitar el Celler de Pessetes.
Que más deciros que os pueda convencer de hacer una escapadita de fin de semana en Horta de Sant Joan. Yo repetiré, porque todavía he dejado de hacer muchísimas cosas en éste pueblo, sin ir más lejos tengo pensado pasar unos días con la familia este próximo verano, ya que seguro que si me levanto con un día nublado sé que se me ocurrirá rápidamente algo que hacer.
El verano pasado estando alojado en un hotel de Salou, después de levantarme a las 07:30 horas de la mañana para coger sitio en la playa, despertar a los niños y preparar un día de esos intensos de pasar calor en la playa con la familia, cuando por fin estamos todo el mundo preparado, salimos del hotel y sorpresa, de pronto el sol desaparece y madrugón pa ná. Entonces es cuando te preguntas y ahora que hago, los monstruitos de tus hijos quieren actividad, tu mujer te mira con esa cara, preguntándote, “a mi no se me ocurre nada y a ti?”, y mientras tus niños te piden explicaciones, tu intentando darle vueltas a la cabeza para ver que se puede hacer.
Entonces es cuando me acordé de un amigo que me explicó, que al igual que en Méjico, la Costa Dorada tiene su pequeña Ribera Maya, es decir ese turismo de sol, playa, selva, naturaleza, deportes de aventura, ríos, cenotes, fauna, cultura, gentes que viven a espalda del progreso con calma y sin prisas, viviendo de la naturaleza y de los recursos que ésta les brinda.
Si…., no creáis que estoy de broma, os preguntareis, sol y playa sí que tiene Salou, pero todo lo otro?. Mi amigo me habló de un pueblecito escondido en la comarca de la Terra Alta, llamado Horta de Sant que está a escasos 90km a 1 hora y cuarto aproximadamente de Salou. Así que preparé el coche y convencí a la familia para pasar dos días en esa pequeña Ribera Maya de la que me habían hablado.
En Horta de Sant Joan se puede hacer de todo, y si no que se lo pregunten a Picasso, el pintor siendo jóven y sin ser todavía conocido, hizo turismo familiar cuando visitó a su amigo Manuel Pallarés, compañero de estudios y pintor también, nacido en Horta y del que muy poco se sabe, aunque lo que sí es cierto que gracias a él éste pequeño pueblo lleno de encanto, es conocido por todo el mundo, supongo que algún día se lo reconocerán. Si no hubiera sido por él, Picasso no hubiera podido afirmar que “todo lo que sé lo he aprendido en Horta”. Y no me extraña porque en éste pequeño pueblo se pudo inspirar y hacer de todo.
Podéis visitar el casco antiguo del pueblo, muy bonito y sobre todo la plaza de la Iglesia, sus calles estrechas de piedras silenciosas y a la vez llenas de historias que explicar. Su Museo dedicado a Picasso, que aunque hoy en día no alberga ninguna obra original del pintor, os recomiendo que lo visitéis.
Su Olivo milenario, “lo Parot” que está muy cerquita del pueblo y se puede ir andando. No dejéis de hacer un paseo por el pueblo podréis contemplar sus vistas hacia els Ports, o lo Port tal y como lo llaman aquí. Paisaje de interés natural donde podéis hacer turismo de montaña.
Y entre otras cosas podéis hacer senderismo, descenso de barrancos, escalada y salidas con bicicleta, no dejéis pasar la oportunidad de bañaros en las aguas cristalinas de Les Oyes, especie de cenotes mayas que el rió Canaletas se ha encargado de erosionar con la fuerza de sus corrientes aguas. También impresiona ver como se levantan sobresaliendo de las otras montañas, las Roques de Benet y la montaña de Santa Bárbara, paisajes espectaculares que nada tienen que envidiar a los paisajes alpinos del Pirineo y Pre-Pirineo catalán. Sobretodo ésta última montaña, que me hizo recordar que al igual que en la Ribera Maya aquí también tienen un santuario de culto como la pirámide de Chichen Itza, donde no podéis dejar de visitar el Convento de San Salvador, nombre que toma del monje franciscano que pasó momentos de su vida en éste santuario donde se le conocen varios milagros que han pasado de generación en generación por la boca de éstas gentes y aquí se le venera como a un Dios Maya.
Nosotros en concreto alquilamos unas bicis en el mismo pueblo y una mañana la dedicamos a hacer un trocito de la vía verde de “la Val de Zafán”, antigua línea de tren que enlazaba las tierras de la provincia de Teruel con las tierras del Sur de Tarragona. Recorrido espectacular, lleno de túneles habilitados con luz y paisajes de interés natural compaginados con tierras de cultivo de secano, que las gentes de estos parajes todavía cultivan haciendo del paisaje un conjunto harmónico y ordenado de naturaleza y tradición, difícil de encontrar hoy en día. Aquí parece que el tiempo no ha pasado, todavía se pueden ver gentes que trabajan sus tierras, que levantan muros de piedra que ya sus antepasados construyeron, y ellos se han encargado de que sigan en pié. Realmente te das cuenta que mi amigo no iba mal encaminado cuando me decía que al igual que los mayas éstas gentes vivían ha espaldas del progreso, porque gracias a que hay gente que vive así, todavía hay gente afortunada como yo que puede enseñar a nuestros hijos que un día lo que hoy conocemos fue así.
Por cierto si me hacéis caso y visitáis Horta de Sant Joan, tenéis que hacer el descenso de barranco del Canaletes y después de hacer un poco de ejercicio, hacer turismo gastronómico, no dejéis de probar la cocina tradicional de éste pueblo, os recomiendo el Restaurante Miralles y Can Joan, y si queréis degustar de un espacio tranquilo donde tomar un buen café en el fresquito de los edificios medievales del pueblo, no dejéis de visitar el Celler de Pessetes.
Que más deciros que os pueda convencer de hacer una escapadita de fin de semana en Horta de Sant Joan. Yo repetiré, porque todavía he dejado de hacer muchísimas cosas en éste pueblo, sin ir más lejos tengo pensado pasar unos días con la familia este próximo verano, ya que seguro que si me levanto con un día nublado sé que se me ocurrirá rápidamente algo que hacer.
Y como siempre os digo: os tengo que dejar........................que me voy a descansar.
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