martes, 1 de enero de 2008

Paseando Altafulla




Día 1 de Enero de 2008, ¡FELIZ AÑO!, son las 9 de la mañana y ya estan los niños dando la tabarra, ¡Por Dios! Si nos acabamos de acostar, intento volver a dormirme y no lo consigo, ¿que hago?, pues voy y despierto a toda la familia para aguantarlos todos juntos, así que les propongo irnos a desayunar a Altafulla, que hace un día estupendo y las “fierecillas” podrán desfogarse un poco corriendo por la playa.
Dicho y hecho, sobre las 10 y media ya estamos en el paseo marítimo de esta bonita población (paseo de Les Botigues de Mar), desayunamos tranquilamente en la terraza del restaurante La Torreta, que por cierto también es hotel, lanzo una indirecta a la familia de que si van a venir en vacaciones igual podrían quedarse aquí que tiene muy buena pinta y la playa esta al cruzar la calle.
Con toda esta trouppe nos dirigimos al Castillo de Altafulla, castillo-palacio del Marques de Tamarit, en muy buen estado de conservación, al lado mismo se encuentra la Iglesia Parroquial con una fachada muy sobria, encima de la puerta existe una capilla con una estatua de Sant Martí, patrón de Altafulla que da nombre a la iglesia. Las fierecillas corriendo arriba y abajo por la plaza.



Visitamos a conciencia el casco antiguo, muy agradable para pasear, aún se pueden ver restos de murallas de la época medieval y las casas que en el siglo XXVIII pertenecieron a los comerciantes de éxito, actualmente están casi todas reformadas, y hay que ver que “casitas” para poner los dientes largos al más pintado. En la calle Sant Marti esta la galería de arte Arts Estudi de la estupenda pintora Marina Cubells, que hay que visitar, yo ya disfruto en mi casa de uno de sus cuadros.
Las calles están empedradas, como cuando pasaban los carros y no existía el asfalto y yo que me he puesto mis “manolos” favoritos con un taconazo de asustar he acabado con las plantas de los pies destrozadas lo que ha sido la excusa para irnos a comer, lo hemos intentado en el restaurante El Pozo del cual teníamos muy buenas referencias pero que pena, estaba cerrado porque en invierno solo abre por las noches y como queremos comprobarlo decidimos que volveremos a la hora de la cena, al final hemos comido en el restaurante del hotel Gran Claustre donde nos han atendido muy requetebién, en la carta todo parecía tan bueno que no sabíamos que escoger, al final optamos por el menú degustación (45 €), no quiero daros envidia así que sólo voy a decir que de postre tome “Cilindro de fruta de la pasión con helado de vainilla y crujiente de avellana” y como probé casi todos los platos de los demás voy a decir dos cosas: Lola lo recomienda y unas cuantas calorías más ya no importan.

Ay! lo siento, os tengo que dejar que no paran de entrar mensajes en el móvil, ya os seguiré contando.

Y como digo siempre ………………Si la familia te viene a visitar, aprovecha y que te inviten a cenar.

1 comentario:

Jose dijo...

Te tengo que dar la razon, estuve con mi mujer hace un mes en Altafulla, un pueblo costero muy bien conservado, nos alojamos en el hotel Gran Claustre donde comimos no el menu degustacion pero si a la carta, muy bien selecionada y no muy cara y el trato muy amable y cortes, es un lugar con mucho encanto. Yo tambien lo recomiendo.